"Es una pena que este Funes no exista, yo mismo me lo hubiera tirado"

Fotos: María Delgado

Por Alfredo Germignani

Ciudad Espectral es una novela para valientes. Un texto invadido por espectros y poltergeist de toda índole. Nadie que la haya leído pudo sobrevivir un solo día sin sedantes tipo Valium, Seconal, Rivotril e inclusive, en casos extremos, se vieron obligados a recurrir a antidepresivos del orden de Remeron y Desyrel. Todo, para repeler el la angustia y el estrés espectrales de un libro maldito como el Código de Gigas o (más conocido como) Biblia del Diablo. Yo mismo, cuando terminé de escribirla, no paraba de presenciar fenómenos paranormales y ni hablar del sonambulismo crónico que padecí durante meses inenarrables.

Estoy seguro de que esta novela perjudicará la vida de sus lectores. Por eso mi animé a publicarla, siempre fui un tipo generoso e hice parte a mis amigos de todas mis angustias. Además, su protagonista, Fernando Funes, es un macaneador lindo; pibes y minitas se van a enamorar de él por igual, lo van a acosar, se lo van a querer levantar. Es una pena que este Funes no exista, yo mismo me lo hubiera tirado.